¡ Despierta !… ¡ Conócete a ti mismo !…

La Serpiente Emplumada tiene que volar; cuando sepas lo que es el vuelo de la Serpiente Emplumada sabrás qué tienes que hacer; hasta entonces harás notorio que a través de los siglos vibra el Mensaje de los Inmortales:

“¡DESPIERTA! ¡CONOCETE A TI MISMO!”

El misterioso impulso que fija tu atención en estos manuscritos no es sino el eco del grito que ha despertado la esencia inmortal de tu propia sangre. Y junto con evocar las fuerzas gloriosas de la Vida, también has evocado a las siniestras fuerzas de la Muerte.

Las unas y las otras son tú mismo, de modo que no temas.

Afróntalas, conócelas, domínalas.

Tu destino es ser Amo de las dos.

Y aun cuando a menudo creas haber perdido El Camino que lleva al Despertar, jamás estarás solo. Y tu extravío no pasará de ser un tanteo con que tu alerta inteligencia, sacudiendo el letargo de todo lo mortal, ensaye tímidos pasos por todos los senderos.

Menester es que obtengas experiencia.

Jamás preguntes a otro hombre: ‘¿Qué es lo que debo hacer?’, porque es la más nefasta de todas las preguntas. Si la haces a un necio, a un dormido, le estarás invitando a arrastrarte al sueño. Con lo que habrás caído en doble necedad y te será doblemente difícil volver a despertar. Y si haces tu pregunta a un sabio, a un despierto, advertirás cuán ocioso es cavilar porque un despierto siempre contestará:

“Haz lo que mejor te parezca; si en ello pones todo tu corazón, obrando siempre alerta, ganarás en riquísima experiencia”.

Al cabo, harás de la Soledad y del Silencio tus más preciados compañeros; sumiéndote con ellos en lo más hondo de ti mismo, irás vislumbrando gradualmente todo el horror del Sueño que es tu humana esclavitud. Y, por lo mismo, aumentará tu poderío para reclamar tu libertad.

No todos escogen esta senda que lleva al corazón mismo de las cosas.

Si has invocado a tus amigos, también has puesto en guardia a tus peores enemigos. Los unos y los otros aparecerán en ti y ante ti en mil formas distintas, y a menudo los confundirás durante tus primeros pasos. Tus amigos no serán siempre los más gratos o amables pues te irán privando de todo cuanto ahora estimas estable. Entonces será cuando tus enemigos, celosos y sonrientes, desplegarán ante tu visión interior mil posibilidades para elevarte sobre tu condición actual. Y si llegas a ceder y muerdes el venenoso fruto que te ofrecerán, caerás preso y quedarás sujeto con la triple cadena de ilusión y de sueño que siempre se apodera del ingenuo que ignora el valor de la experiencia y de la oposición.

Pero conocerás bien pronto a tus amigos en los silencios infinitos a que tú mismo te lanzarás ansioso y sediento de palabras de verdad. Entonces sentirás fluir un ‘algo’, áspero o suave, según sea la circunstancia, y el mero hecho de sentirlo te indicará que estas en El Camino hacia uncompleto despertar.

Porque ese verbo, ese ‘algo’, eres tú mismo, el Amo, el Creador.

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Estudia este dibujo atentamente. Con él aprenderás a utilizar todas tus facultades para despertar.

Cada eslabón en la Cadena de los Inmortales aporta un grano más para aliviar la carga de quien viene atrás, pero cada alma que se aventura en esta singular empresa es un ensayo original de la Vida para hacer de este planeta Tierra también un Mundo de Divina Vigilia.

Cada hombre que aspira a esta vigilia deberá abrir su propia huella y marchar solo, atento.

Únicamente al paso del instante, sin preocuparse del triunfo o la derrota, sin inquietarse por su fin terrenal.

Esto es vivir en el Eterno Ahora.

De otro modo, no tendría valor alguno la experiencia del Hombre sobre el Planeta Tierra.

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El Camino comienza en el cuerpo con los cinco sentidos.

Despertar es usarlos, y no confundirlos contigo.

Hasta ahora has pensado que tus cinco sentidos te informan sobre el mundo exterior. No es así, no hay tal mundo exterior ni hay tal mundo interior. Estos son ilusorios conceptos que no puede penetrar más allá de las formas. Lo real es que no eres forma, y que siendo La Vida, eres todo cuanto ES.

Observa que los arcos y las flechas no apuntan en una sola dirección, sino en dos simultáneas. Entender y vivir esta simultaneidad es la primera rebelión de la mente, rebelión que terminará por despertarte del todo.

Y si ahondas un poco en lo que trata de expresar esta simultaneidad, pronto advertirás también que no eres un cuerpo, sino aquello que vive a tu cuerpo, que anima tu cuerpo y que, falto de mejor expresión aquí llamo tu Dios-Yo, invisible.

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Con tus cinco sentidos, atributos del yo-personal, del yo-forma, no te es dado penetrar más allá de la superficie de las formas. Cuando seas consciente de que Dios-Yo es quien usa tus cinco sentidos, te será dado penetrar el significado, la esencia, el espíritu de todas las cosas que también es Dios-Yo.

Latente en el cerebro, impregnado el cerebro,  está aquello que se llama la Mente, aquello con lo que puedes conocer lo que captan tus cinco sentidos, y Quien capta por ellos. Y más profundamente aún, he dibujado el Corazón, al centro mismo de toda tu vida. De este centro, extendido a la Mente, habrá de brotar tu Yo-Individual, la esencia de tu alma anhelante de vivir en espíritu y adorar en verdad.

Observa también que el Pensamiento y el Sentimiento conectan tu Yo-personal con tu Yo-individual y los he colocado en la mitad lumínica del Círculo Vital, la Conciencia Despierta, pues pueden ser la luz que refleje la verdad de ti mismo en las tinieblas de tu personalidad.

Y porque son los sentidos de la verdadera vigilia, son los que, al unirse en lo que se llama El Espíritu Santo, establecen el contacto vigílico con Dios-YO en ti y Dios-YO fuera de ti, un solo Dios no más el Dios Padre con quien tú puedes comulgar, ayudado por Cristo, El Señor.

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Si en tu corazón no arde una inquietud que te abrase hasta la consumación de tu cuerpo, no podrás invocar ni a Dios ni al Espíritu Santo. Y no sabes pedir y por eso tu hora aún no ha llegado.

‘Velad y Orad’ fué la herencia que Cristo dejó a los audaces.

Velar es hacerlo todo despierto; orar es sentir un ardiente deseo de SER.

Mas, quien ore y quien vele, aun cuando lo haga de un modo imperfecto, recibirá generosa ayuda y habrá de aprender a recibirla también generosamente…

La ayuda esta Aquí, y es Ahora.

Extraido del libro: «El vuelo de la Serpiente Emplumada»
Autor: Maestro Judas de Kariot